Autoestima. ¿Qué es en realidad? ¿Cuál es el gran secreto de una elevada autoestima?
Si te encuentras en un momento de baja autoestima, sigue leyendo porque este artículo te puede interesar.
Seguramente te habrá llamado la atención la pregunta sobre el aire con que llenas tu vida. ¿Me equivoco?
Siempre que con mis clientes trabajo la autoestima, les hago un dibujo y les explico la metáfora del muñeco hinchable 1. ¿Te gustaría conocerla?
¡Vamos a ello!
Imagínate un muñeco hinchable de látex. Como los que encontramos en las ferias, festivales o en los circuitos de Fórmula 1.
Imagina que el muñeco adopta la forma con el aire que le inyecta un ventilador desde la base, y que va saliendo por unas válvulas de escape que están repartidas por todo el cuerpo, provocando pliegues que nos proporcionan una sensación de movimiento.
Imagínate ahora que el muñeco eres tú, y que el aire representa tu autoestima.
El niño que enciende el ventilador representa tu parte más infantil, que abarca tus ilusiones, tu inocencia, tus sueños y tus ganas de jugar.
El botón de regulación de velocidad del ventilador representa tu autorespeto y el interruptor simboliza tu autoconcepto, la imagen y percepción que tienes de ti.
El cable alimentador de electricidad representa tu autoconfianza, la creencia de que puedes conseguir todo lo que te propongas. El interruptor para poner en marcha el ventilador representa tu autoaceptación.
Las válvulas de escape representan las heridas y bloqueos emocionales que arrastras y que tienes que sanar.
Pues bien. Cuando escuchamos y seguimos los mandatos de nuestro niño/a interior, tenemos la capacidad de respetarnos, tenemos confianza en nosotros mismos y disponemos de una buena autoimagen, se pone en marcha el ventilador y llenamos nuestra vida de la energía de la autoestima, que permanece en el muñeco puesto que a través del perdón, la gratitud y el merecimiento hemos cosido las válvulas por donde se escapa el aire.
Pero… ¿qué sucede cuando alguno de estos mecanismos falla?
Efectivamente, que el ventilador no se pone en marcha y el muñeco se desinfla, y por lo tanto, para sobrevivir necesita obtener el aire de otro sitio.
Cuando a ti mismo no te das «aire”, buscas esa energía en el exterior, a través de tu relación con los demás. Te centras en buscar de la aprobación de los demás, caes en chismorreos, crees erróneamente que serás feliz cuando tengas pareja -desarrollando así la dependencia emocional-, te comportas con agresividad o sumisión para complacer a los demás, te comportas con victimismo, caes en algún tipo de adicción o te pasas el día haciendo cosas para no tener que enfrentarte a tu vacío interno.
Decía Mark Albion:
«El problema de la vida es que cuando te faltan cosas esenciales, acabas buscando refugio en el éxito»
Esa es la clave de la autoestima: el gran engaño es pensar que nuestra felicidad depende de algo exterior, cuando sólo nos la podemos dar nosotros mismos.
Pero… ¿Cómo tener autoestima? ¿Cómo construirla?
El largo viaje hacia la autoestima empieza con tu decisión de querer emprender el camino hacia tu autoconocimiento y la expansión de tu consciencia.
El siguiente paso es abandonar el estado de piloto automático para empezar a cambiar, a aceptarte, a respetarte de verdad, viviendo en congruencia a tus valores, viviendo en el “aquí y ahora”, estando dispuesto a cambiar las creencias que te limitan y que conforman la percepción del mundo y de ti mismo que, a lo largo de tu vida, has ido adquiriendo.
La auténtica autoestima se construye desde la actitud de la humildad, del «no sé nada» y el «juicio cero».
El camino a la autoestima es un viaje de regreso a casa, a tu esencia. Es un desaprender para volver a aprender a ser el niño o la niña que olvidaste ser, convirtiéndose en observador de ti mismo/a y construyendo el futuro que deseas, escuchando los mensajes que te dan tu corazón y tus emociones más profundas. Es aprender a vivir desde el amor y no desde el temor.
Decía Blaise Pascal:
«El corazón tiene razones que la razón desconoce»
El mejor camino que puedes emprender hacia tu autoestima es aquél en el que tienes que estar dispuesto/a a pagar el precio que supondrá ganar tu juego interior. Y ese precio supone un cambio que muchas veces te costará realizar, puesto que tu Ego o saboteador te opondrá resistencia.
Y la culminación, el gran techo de la autoestima, se acercará cuando hayas ganado tu juego interior y te enfoques a cumplir tu misión, tu propósito en la vida:
Dice Raimon Samsó, en «Cita en la Cima»:
«La máxima expresión de la autoestima es renunciar a la relación contigo mismo para enfocarte en la vida y en la contribución al mundo»
Revelador…. ¿No crees?
¿Y tú? ¿Cómo vas de autoestima? ¿Realmente te respetas? ¿Escuchas lo que te dicta el corazón? ¿Te aceptas tal como eres? ¿Confías en ti? ¿Haces caso a los deseos que te manifiesta tu parte más infantil?
Me encantaría que lo compartieras conmigo.
Y recuerda: o autoestima o excusas.
Con amor y gratitud,
Pere