Ser un buen padre, a día de hoy, es posible.
Los tiempos de cambio e incertidumbre que estamos viviendo, en los que parece que las antiguas estructuras se están desmoronando, los hombres, en general, nos encontramos bastante perdidos, desorientados, aunque muchos de nosotros, desde la mentalidad de machos y hombres fuertes, racionales y todo poderosos, no lo queramos admitir.
Lejos quedan los tiempos en los que la crianza de nuestros hijos quedaba relegada a la mujer y los hombres sólo nos dedicábamos a cumplir el rol que desde siempre se nos había asignado: el rol de proveedores de la familia.
Y aunque cada vez somos más los hombres que comulgamos con una igualdad real entre hombres y mujeres, y nos interesamos por desempeñar un papel activo en la crianza de nuestros hijos, lo cierto es que nos encontramos con muchas dificultades.
Nos damos cuenta de que eso de ser un buen padre no es un camino de rosas. No nos acabamos de sentir del todo cómodos, no encontramos nuestro lugar en la familia, como padres y como pareja.
Y lo cierto es que en parte lo que sucede es normal, la crianza de nuestros hijos es un terreno que no dominamos, nadie nos ha enseñado a hacerlo.
Y por mucho que cumplamos con nuestras obligaciones y tareas, como cambiarles los pañales, llevarles al parque o jugar con ellos, en el fondo nos damos cuenta de que nos falta algo, y que si queremos estar tranquilos, fluir y conseguir ser buenos padres, tarde o temprano, nos guste o no, tendremos que abordar una parte para muchos de nosotros muy incómoda: la parte emocional.
A lo largo de mi proceso de evolución, en el cual también incluyo mi experiencia como padre de un niño, me he dado cuenta de que el camino para que un hombre aprenda a ser un buen padre tiene que ver con un trabajo interno y emocional que se fundamente en transformar su masculinidad, es decir, su manera de ser y funcionar como hombres.
Tras años de proceso interno y de experiencia como padre, y ayudando, como Terapeuta Gestalt y Coach Ontológico, a otros hombres en sus crisis vitales, en su transformación como hombres y en su paternidad, he dado con las 8 claves para ser un buen padre, y quiero contártelas en este vídeo:
En resumen, estas son las 8 claves para ser un buen padre:
- Transforma tu masculinidad. Equilibra en ti tanto la energía masculina como la energía femenina.
- Sana la relación con tus padres, especialmente con tu padre. Para ser un buen padre, debes ser un buen hijo.
- Ejerce de una manera consciente tu función padre. Coge de la manita a tu hijo/a y «arráncale» de las faldas de su madre.
- Acompaña a tu hijo a hija desde la ternura.
- Regala a tu hijo o a tu hija presencia y escucha.
- Dale a tus hijos mirada y reconocimiento.
- Entiende sus fases evolutivas y sus necesidades para acompañarle de una manera consciente.
- Haz equipo con la madre de tu hijo/a, tanto como pareja amorosa como pareja de padres.
Para que puedas aplicar estas 8 claves en tu vida y ser un buen padre, es imprescindible que hagas en ti un proceso de transformación que aborde tanto la parte cognitiva, emocional y corporal.
Con amor y gratitud,
Pere
PD: Si quieres formar parte de los hombres que quieren crecer y acompañar a tus hijos desde una mirada más consciente, te invito a participar en el proceso grupal online «Crianza en masculino para hombres conscientes». Contacta conmigo para consultar nuevas fechas de inicio de programa.