¿Has oído hablar de la escucha activa? ¿Sabías que desarrollarla puede ayudarte a mejorar tus relaciones?
Una de las principales fuentes de bloqueo, tensión, conflicto e infelicidad en las familias, parejas, empresas, socios, colectivos y organizaciones es la mala comunicación, causada, sobre todo, por la falta de habilidad a la hora de escuchar.
Todos, en algún momento de nuestra vida, sentimos rabia, impotencia, frustración, tristeza porque nuestras peticiones, nuestras necesidades como hijos, padres, hermanos, cónyuges, colaboradores, directivos, ciudadanos o empleados no son escuchadas.
Y es que vivimos en una sociedad en la que no sabemos escuchar. De hecho, nadie nos ha enseñado a hacerlo. Y esto nos aleja de la humanidad, del amor, de las relaciones sanas y fructuosas en todos los ámbitos donde nos movemos.
Y así nos va.
Lo mejor que puedes hacer para mejorar tus relaciones, en todos los ámbitos, es empezar a practicar la escucha activa.
Escuchar de manera activa va más allá del gesto de poner la oreja para recibir la información que nos llega del otro.
Cuando escuchas activamente haces, en realidad, un acto de consideración a la otra persona, mostrándole tu predisposición, tu afecto y tu comprensión.
Con la escucha activa, haces saber al otro lo importante que es para ti y satisfaces la necesidad vital que toda persona tiene que ser querida y reconocida.
La escucha activa es en realidad una actitud ante la vida. Es la actitud de ver al otro como un ser completo y merecedor, es querer que el otro se sienta comprendido y escuchado.
Escuchar es una actitud que requiere un elevado estado de conciencia. Es aceptar que los demás pueden pensar y sentir de otra manera. Y aun así, hacer que se sientan escuchados y atendidos. Consiste en desarrollar la actitud de poner el foco de atención a las emociones del otro, a las explicaciones, en la intención positiva de sus actos, a su dolor y en su visión del mundo.
Ten en cuenta que:
«Detrás de todo comportamiento humano, se esconde la intención positiva de cubrir una necesidad que no ha sido resuelta».
¿Sabes? Tú también tienes el poder para cambiar las dinámicas relacionales en tu entorno, ya sea en el ámbito familiar, profesional o círculo de amistades. Tu cambio de actitud hacia una escucha más activa, sincera y total, repercutirá en cambios positivos en los sistemas y entorno donde interactúes.
Escucha, reconoce los demás, y verás que los demás también cambian la actitud en relación a ti.
Por favor, enmarca esta frase:
«Toda persona, profesional, organización, equipo de trabajo, comunidad o colectivo merece y reclama ser escuchado. Cuando se le escucha de una manera activa, se materializa automáticamente una actitud de reconocimiento a su derecho a SER y a su merecimiento a EXISTIR. Y es a partir de aquí que surge la magia y nace la semilla que creará vínculos y relaciones sanas y poderosas entre las partes «.
Quiero compartir contigo una batería de 9 pautas que te ayudarán a desarrollar la escucha activa y te permitirá hacer un gran paso en la mejora de tus relaciones:
1. Prepara el entorno. Crea el espacio y distancia adecuada para conversar y concede tiempo al otro para hacerlo.
2. Evita la personalización del problema. La otra persona NO ES un problema, sino que TIENE una dificultad que necesita resolver.
3.Acepta al otro incondicionalmente. Cuando escuches, adopta una actitud de aceptación absoluta hacia el otro, sin juzgar.
4. Escucha lo que dice y lo que no dice tu interlocutor. El lenguaje no verbal suele transmitir mucha más información que las palabras. Adivina cuáles son las emociones que el otro expresa con su postura corporal.
5. Haz preguntas, todas las que sean necesarias. Aclara cuál es la necesidad real del otro, la intención positiva de su comportamiento y cuál es su visión del mundo.
6.Mira la otra persona a los ojos. Hazlo con una mirada abierta, de generosidad y predisposición.
7. Re-formula. Repite lo que has entendido con el fin de llegar a la comprensión real de lo que la otra necesita.
8. Si estás alterado/a, calma tu mente. Desde un estado de relajación y serenidad es mucho más sencillo adoptar una actitud de escucha.
9. Habla menos, escucha más. Muchas veces, tendemos a querer dar opiniones, consejos y soluciones que la otra realmente no nos ha pedido. Deja de lado tu discurso interno, tu necesidad de complacer, para estar más pendiente de escuchar que de responder.
¿Te has preguntado alguna vez cuál es tu manera de escuchar? ¿Realmente escuchas de forma activa?
Me encantará que compartas conmigo tus reflexiones.
Por favor, comparte este artículo si te ha gustado.
Con amor y gratitud,
Pere