¿Te ha pasado alguna vez que has perdido los nervios con tu hijo, tu pareja, tu madre, tu jefe o un amigo y has dicho aquello de «él o ella me pone nervioso»? Te suena, ¿no? ¿Cuántas veces habremos vivido esta situación? Cuántas veces habremos sucumbido ante lo que llamamos chantaje emocional ¿verdad? Sigue leyendo, porque la técnica del pañuelo puede ayudarte.
Cuando atribuyes al otro el poder de provocar las emociones que experimentas, te encuentras en situación de chantaje emocional.
Si dices “Mi jefe me hace sentir ridículo”, automáticamente te haces esclavo de la otra persona. Sí, en efecto, te sitúas en posición de víctima. O dicho de otra manera: siempre que esa otra persona quiera, tu estado emocional se desestabilizará y probablemente responderás con alguna reacción primaria.
Sin embargo, si le das la vuelta a la tortilla y piensas «yo me pongo nervioso» o «yo me siento ridículo», ya estás dando el primer paso para tomar conciencia de que sólo tú decides cómo piensas y te sientes, y cómo puedes responder ante las «provocaciones» emocionales de los demás. Eres tú quién se pone nervioso ante el comportamiento del otro, tú decides si pierdes los nervios o bien prefieres respirar, reflexionar y responder con asertividad a aquella persona que, con intención o sin ella, te desestabiliza.
Lo primero que debes entender es que no podemos controlar las emociones de las otras personas pero sí gestionar las nuestras.
Una técnica que funciona muy bien para frenar el chantaje emocional tanto a personas como a equipos de trabajo es la técnica de visualización del juego del pañuelo.
¿Recuerdas el juego del pañuelo? Es aquél en el que una persona se sitúa en medio de una pista sosteniendo un pañuelo. Al sonar el silbato, dos personas, situadas a ambos lados opuestos, corren con el objetivo de agarrarlo y llevárselo hacia donde está su equipo. Los contrincantes, cuando llegan a la altura del pañuelo, permanecen unos segundos inmóviles y se miran con desafío hasta que el más rápido lo coge y se lo lleva corriendo.
La técnica consiste en imaginar a alguien que está sosteniendo un pañuelo cada vez que te encuentres en la situación de perder tu estabilidad emocional ante el comportamiento de alguien, esperando que “entres al trapo”. El pañuelo representa, ni más ni menos, que una trampa emocional. Tú decides, entonces, si lo coges y pierdes los nervios, o bien no lo coges, respiras y piensas en cómo puedes dar respuesta a esta situación de manera asertiva.
Sí, muy bien, perfecto, pero… ¿qué puedo hacer cuando alguien “me muestra un pañuelo”?
Te cuento 6 pasos básicos a seguir cuando alguien te intente desestabilizar:
1.Imagínate mentalmente el juego del pañuelo y piensa que tienes el poder de decisión de no cogerlo, de no «entrar al trapo».
2. Visualiza mentalmente la señal de tráfico «Stop» en la otra persona.
3. Respira, piensa y pregúntate: ¿Cuáles son los pensamientos que provocan las emociones que sientes? ¿Son completamente ciertos?
4. Escucha y observa bien a la otra persona e investiga cuál es su intención positiva. Averigua qué necesidad esconde el comportamiento del otro. ¿Qué le lleva a comportarse así? ¿Qué te quiere transmitir realmente?
5. Sé asertivo. Sin atacar, expresa tu opinión y defiende tus derechos en positivo.
6. Piensa en un objetivo que te permita reconducir la situación, y que permita satisfacer tus necesidades y las de la otra persona. Pasa a la acción para llevarlo a cabo.
Recuerda que las personas que lideran su vida son las que tienen bien entrenada y desarrollada la inteligencia superior, que no es la intelectual, sino la emocional. Aquellos que saben reconocer y gestionar las propias emociones y saben comunicarse con los demás de manera eficiente son mucho más felices en el trabajo y en la vida.
Si quieres cambiar tu vida, cambia primero la manera como gestionas tus emociones.
Con gratitud,
Pere